Una peregrinación no es solo un viaje o unas vacaciones más, en ella lo realmente importante ocurre en el interior de cada uno. Ser un peregrino es andar un camino que nos hará ver nuestra vida, nuestros problemas, y nuestra relación con los demás y con Dios desde una nueva perspectiva.
Nos ofrecerá la oportunidad de salir de nuestra rutina diaria, encontrar la paz y el silencio necesarios para ordenar y poner cada cosa en su justo lugar, darle su justa importancia, y encontrar respuestas para nuestras preguntas más íntimas.
La gente va de peregrinación por muchos motivos, y no tienen porque ser necesariamente siempre religiosos.
Sea cual sea el tuyo, simplemente abre tu corazón y disfruta de esos días.
Una experiencia de ser por unos días un peregrino no se cuenta, hay que vivirla y para cada uno es diferente. Si tienes fe, peregrinar te dará gracia, y si no la tienes, no sientas que no es para ti, será una agradable experiencia, llena de paz, y quien sabe, tal vez te encuentres con algo que no esperabas…
Peregrinar es darle la oportunidad a Dios de demostrarte en pocos días lo que puede hacer en toda tu vida”