El sábado 11 de febrero de 2017 el Papa Francisco ha nombrado a Mons. Henryk Hoser, Arzobispo-Obispo de Varsovia-Praga, como enviado especial de la Santa Sede a Medjugorje, según ha informado la Oficina de Prensa del Vaticano a través de un comunicado.

La misión del enviado especial de la Santa Sede en Medjugorje es conocer en profundidad la situación pastoral de esa realidad de fe y las necesidades de los peregrinos que acuden en peregrinación al lugar para sugerir iniciativas pastorales para el futuro, por tanto, la misión tiene un carácter exclusivamente pastoral y no tiene ningún efecto en la gestión de la parroquia que sigue igual, gestionada por los hermanos franciscanos.

El director de la Oficina de Prensa Vaticana, Greg Burke, ha indicado que “la misión del Enviado Especial es un signo de atención del Santo Padre hacia los peregrinos. El enviado no entrará en la cuestión de las apariciones marianas, que son competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y estará en contacto con el Obispo Diocesano, los Hermanos Menores Franciscanos –a los cuales está confiada la parroquia de Medjugorje– y los fieles del lugar”

Actualmente la decisión sobre el fenómeno de Medugorje está pendiente de lo que decida el Papa sobre el informe de la comisión de investigación nombrada en 2010 durante el pontificado de Benedicto XVI y presidida por el cardenal Camillo Ruini. El informe obra en poder de Francisco desde 2014.

Hasta aquí la noticia, pero lo más interesante de la noticia es lo que no dice, y es que, si el informe de la comisión fuera condenatorio para Medjugorje, ¿enviaría el Santo Padre un enviado especial para cuidar y mejorar la experiencia de los peregrinos que van a ese lugar? …¿en verdad lo haría si fuera considerado un fraude?.

Es evidente que sería una contemporización inasumible, imposible; como también lo es que las apariciones de Medjugorje no serán aprobadas hasta que al menos dejen de producirse y se pueda ver el final y la conclusión de las mismas, como ha ocurrido con todas las apariciones que han sido aprobadas en la historia de la Iglesia.
Pero, aparte de eso, el mensaje es muy claro para quien quiera verlo, como por ejemplo, el párroco de Medjugorje, Marinko Sakota, que ha calificado al envío de este enviado especial como una “Respuesta a nuestras oraciones”.
Medjugorje es considerado de facto, y tratado como tal, como un Santuario Mariano, el Santuario Mariano de nuestro tiempo.